CUATRO PUTAS Y MEDIA

NICARAGUA es un país por demás interesante, con un lago más grande que el estado de Querétaro, que se encuentra a unos 35km del Pacífico, y se coumunica con el Caribe por el río San Juan. Esta condición geográfica la ha hecho víctima de ataques militares y políticos por parte de Estados Unidos, defendiendo este punto estratégico para evitar que inversionistas extranjeros hicieran un canal igual al de Panamá, y acabaran de esta forma con su imperio y monopolio.

Esto sucede desde hace más de cien años, y la hemos encontrado devastada culturalmente, con una fortísima falta de identidad (misma que se repetirá en Panamá) y con un serio rezago económico. Es además de notar que el FSLN tiene actualmente el poder, un partido fuertemente influenciado alguna vez por la Rusia y Cuba socialistas.

Nos hemos detenido en dos ciudades rivales: la liberal LEÓN y la conservadora GRANADA. Ambas bellísimas, atestadas de backpackers que encuentran en sus calles un ambiente de deleite y comida y hospedaje muy baratos.

Pero el hit del país fue un lugar de ensueño: Imaginen ese lago inmenso del que hablé. Ahora imaginen un par de volcanes emergiendo del centro. Visualicen después un canal de lava que une ambos. El resultado: la Isla de Ometepe, un onírico sitio donde las imágines fantásticas de Star Wars o El Señor de los Anillos cobran vida. Hemos llevado a la Guare de paseo a este sitio en un ferry, y en ella hecho la circunvolución de uno de los volcanes. Es una verdadera pena no haber tenido más tiempo para subir los volcanes, que requieren de una caminata de 8 y 12 horas. Las aduanas han sido lo peor. Entrar al país fue un dolor de cabeza... pero salir ha sido horrible! Cuatro putas horas y media esperando, tratados con la punta del pie por un bonche de estúpidos militares que con la mano en la cintura subían a la Guare y esculcaban nuestros papeles, la deshacían buscando indicios de algo sospechoso y hacían bromas entre ellos al respecto. Herencia del poder que sus guerrillas les han dejado.


Nos ha sorprendido, sin embargo, que tanta invasión norteamericana no ha hecho destrozos en la calidad de vida de la gente (como en San Salvador, por ejemplo), pues el ambiente es en todos sitios tranquilo, la gente amable, las calles vividas por viejitos que en su mesedora salen a contemplar el tiempo pasar. Quién llegara a esa edad y pudiera decir lo mismo...