El Cúntur, nombre quechua del Cóndor, es un ave emblemática para el Perú, se le incluye en el escudo nacional y gran parte de las ciudades incas destinan algún espacio que haga honor a él. Para presenciar su vuelo es necesario trasladarse seis horas fuera Arequipa, ahí la orografía se torna violenta y dibuja riscos y cañones cuyas paredes brindan refugio libre de depredadores, lo llaman Valle de Colca, sin pensarlo dos veces me dispongo a emprender el viaje. Las primeras horas del día crean corrientes aéreas que favorecen aerodinámicamente su desplazamiento, así que a partir de las cinco de la mañana me planto en la orilla vertiginosa del Risco atisbando el espacio aéreo. Ya ha pasado hora y media y la baja temperatura cala intensamente a pesar de un atenuante mate que me convida la compañia de dos amigables españolas. La gente de la región, que llega a tempranas horas a vender sus productos artesanales, nos platica que es incomún observarlos en esta época pues se encuentran incubando; sin desfallecer, hacemos caso omiso y no quitamos la mirada del acantilado. De repente, el momento esperado parece llegar, la envergadura de hasta tres metros permite levitar los seis kilos de majestuosidad de un Cóndor a unos 150 metros. Hasta ahí, la espera hubo valido la pena, sin embargo, la recompensa sería mayor aún y de la nada emprenden vuelo no dos o tres sino ocho Cóndores simultáneamente que nos regalan unas piruetas a no más de 15 metros.
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1 comentario:
Esa foto esta hermosa¡¡¡
tru
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