noviembre 12, 2008
Rocas iracundas
Por fin nos encontramos en Cosco, la capital del imperio Inca que fue debastada ante la llegada española. Los cimientos de algunas casas son obra originalmente inca, se componen de rocas gigantes de labrado manual cuyos bordes embonan a la perfección. Cabe destacar que la uniformidad no fue una de las cualidades artesanas, cada elemento es de tamaño y forma diferente. El aspecto es parecido a un caparazón de tortuga. Es irónico que la arquitectura española tenga raíces quechuas, me hace pensar que las rocas apenas disimulan la ira de soportar tales construcciones.
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